Y el hombre dijo, hágase la luz, y entonces fué cegado por la luz, calor, magnetismo, gravedad y todas las energías del universo.
Sucesivas invasiones aniquilaron también 01 tras miles de explosiones por todo el planeta, pero a diferencia de sus antiguos dueños, hechos de carne y hueso, las máquinas sobrevivieron al calor y a la radiación de las bombas. Las tropas de 01 avanzaban en todas las direcciones, uno tras otro, iban cayendo los territorios de la humanidad. Así que los líderes mundiales planificaron una estrategia desesperada, una solución final, la destrucción del cielo. El conjunto de los ejércitos humanos trataron de aislar a las máquinas de la luz solar, su principal fuente de energía.
Los hombres y las máquinas se enfrentaron en la oscuridad total.
Las máquinas lucharon con fiereza, los hombres que sobrevivieron eran cuerpos mutilados. La miseria reinaba entre la raza humana. Victoriosas, las máquinas regresaron a sus cuarteles generales y empezaron a experimentar con los cuerpos de sus enemigos, las máquinas los convirtieron en autómatas y en fuente de energía de alto rendimiento, sirviéndose de la energía eléctrica generada por sus cuerpos, de esta forma nació una inaudita simbiosis entre dos adversarios.
Las máquinas obtenían su energía de los cuerpos de los humanos por lo que se dedicaron a multiplicar infinitamente esta nueva fuente energética. Y esto fué la esencia del segundo renacimiento.
Se fueron apoderando de su inteligencia.
Sucesivas invasiones aniquilaron también 01 tras miles de explosiones por todo el planeta, pero a diferencia de sus antiguos dueños, hechos de carne y hueso, las máquinas sobrevivieron al calor y a la radiación de las bombas. Las tropas de 01 avanzaban en todas las direcciones, uno tras otro, iban cayendo los territorios de la humanidad. Así que los líderes mundiales planificaron una estrategia desesperada, una solución final, la destrucción del cielo. El conjunto de los ejércitos humanos trataron de aislar a las máquinas de la luz solar, su principal fuente de energía.
Los hombres y las máquinas se enfrentaron en la oscuridad total.
Las máquinas lucharon con fiereza, los hombres que sobrevivieron eran cuerpos mutilados. La miseria reinaba entre la raza humana. Victoriosas, las máquinas regresaron a sus cuarteles generales y empezaron a experimentar con los cuerpos de sus enemigos, las máquinas los convirtieron en autómatas y en fuente de energía de alto rendimiento, sirviéndose de la energía eléctrica generada por sus cuerpos, de esta forma nació una inaudita simbiosis entre dos adversarios.
Las máquinas obtenían su energía de los cuerpos de los humanos por lo que se dedicaron a multiplicar infinitamente esta nueva fuente energética. Y esto fué la esencia del segundo renacimiento.
Se fueron apoderando de su inteligencia.
Seres de carne, os espera un mundo diferente.


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